Salud

El Sr. Brolon y la salud laboral

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Una promesa cumplida. Antes de seguir, permítanme volver a mi honorable amigo Kokolo. Conociendo la vida de este noble hombre, intentamos ofrecerle comida y monedas para ayudarle a valerse por sí m.

Una promesa cumplida. Antes de seguir, permítanme volver a mi honorable amigo Kokolo. Conociendo la vida de este noble hombre, intentamos ofrecerle comida y monedas para ayudarle a valerse por sí mismo. No podía levantarse y dar las gracias o saludar como solía hacer. Cuando murió, fue difícil colocarle en una caja o en un ataúd. Las posturas que había adoptado durante tantos años de trabajo le habían deformado la columna vertebral, haciendo imposible la posición erguida que el ataúd exigía por capricho. El Sr. Brolon tuvo que ser enterrado en una caja o ataúd hecho especialmente para él. Al hacerlo, se quedó con lo único que le quedaba de sus años de amor y dedicación a su trabajo: una lesión medular que, como tantas otras, nadie quiso ver, ayudar o siquiera pagar.

El Sr. Brolon fue uno de los muchos ejemplos que todos debemos conocer para comprender cómo el tipo de trabajo que realizamos, que es una parte importante de lo que somos, afecta a nuestra salud en proporción directa a las condiciones en que se lleva a cabo. Por otro lado, recordamos al querido Kokoro, con su sonrisa despreocupada y su cuerpo fuerte, que se negaba a meterse en una caja que no se ajustaba a su dignidad.

Qué es la salud laboral, y si nos atenemos a las directrices de la OTT y la OMS, podemos explicar su finalidad del siguiente modo Promover y mantener el bienestar físico, mental y social de los trabajadores en todas las ocupaciones al nivel más alto posible. Prevenir los daños a la salud de los trabajadores causados por las condiciones de trabajo. Proteger a los trabajadores de los peligros derivados de la presencia de sustancias nocivas para su salud. Colocar y mantener a los trabajadores en puestos de trabajo adaptados a sus aptitudes fisiológicas y psicológicas, es decir, adaptar el trabajo al hombre y el hombre a su actividad.

Leer “El Sr. Brolon y la salud en el trabajo”.

Como ya sabrán los lectores, se trata de una definición amplia que abarca a todos los que trabajamos y, en efecto, es innegable que todo trabajo entraña riesgos, pero también beneficios. Por eso pasamos una parte importante de nuestras vidas preparándonos para el trabajo. Pero el trabajo viene con la vida. Todos tenemos que perseverar para conseguir un empleo. Nos han despedido, hemos perdido el trabajo o, en casos extremos, no conseguimos un empleo después de tanto esfuerzo y preparación. Luchamos por formarnos en este mundo en el que la competencia, los conocimientos, las aptitudes y las habilidades nos dan acceso a actividades productivas.

Cualquier trabajo conlleva riesgos. Por eso es tan importante promover y proteger la salud de los trabajadores mediante la prevención y el control de enfermedades y accidentes y la eliminación de factores y condiciones que ponen en riesgo su salud.

Entre ellos figuran las alergias, el asma, la enfermedad de Lyme, la pérdida de audición, los trastornos musculoesqueléticos, el estrés, los riesgos derivados de la exposición a sustancias químicas, el ruido y los factores físicos. Los trastornos relacionados con el uso excesivo de ordenadores y otros dispositivos electrónicos y la radiación no pueden ignorarse en estos tiempos.

Trabajar puede considerarse peligroso. No hay que olvidar que todas las actividades humanas – ríos, playas, piscinas, montañas, práctica de deportes, etc. – entrañan riesgos. Independientemente del precio del trabajo, está demostrado que el trabajo puede hacernos más sociables, ampliar las relaciones interpersonales, aumentar la satisfacción personal, la disciplina y potenciar la autoestima. Por otra parte, también puede cambiar la visión de la vida. Compromiso y sentido de pertenencia a la institución. Nuevas y diferentes perspectivas de la vida. Acumular experiencias. Aprendiendo cosas nuevas cada día.

Realizamos nuestro trabajo y le ponemos buena cara con entusiasmo y temperamento, con una actitud de apoyo y comprensión hacia quienes solicitan nuestros servicios. No debemos olvidar que los resultados de nuestras actividades van dirigidos a la sociedad, independientemente del ámbito en el que nos centremos. Por ello, si cada uno asume su responsabilidad y se siente comprometido con su trabajo, los beneficios redundarán siempre en el conjunto de la sociedad.

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