A partir de mañana, Italia bloqueará los teléfonos móviles y otras tarjetas SIM de los menores para impedir el acceso a contenidos inapropiados, como violencia, pornografía y juegos de azar. para evitar el acceso a violencia, pornografía, juegos de azar y otros contenidos inapropiados.
Según un estudio, unos 700.000 adolescentes italianos son adictos a los mundos virtuales.
Así lo advierte a EFE Cosimo Di Bari, investigador en educación mediática de la Universidad de Florencia y autor de No Digital Natives.
La nueva ley italiana, considerada la más estricta de Europa, clasifica ocho tipos de contenidos que pueden ser perjudiciales para los jóvenes. Entre ellos figuran los contenidos pornográficos, los violentos, los relacionados con el uso de armas y los que transmiten mensajes de odio y discriminación, habituales en las restricciones a menores.
Otras categorías son los sitios que promueven el juego y los trastornos alimentarios, así como otras menos obvias, como los portales de acceso a sectas, cultos y organizaciones similares.
Di Bari señala que el bloqueo tiene sus limitaciones. Esto se debe a que la ley italiana permite el registro a partir de los ocho años, y sólo funciona en teléfonos conectados a Internet con una tarjeta sim a nombre del menor.
Di Bari reconoce que muchos menores se encuentran con contenidos violentos y sexuales a una edad cada vez más temprana, a veces sin la suficiente educación previa para afrontarlos.
Por eso, los pedagogos advierten de que estos sistemas pueden tener efectos indeseables, como la falta de supervisión por parte de los educadores, que se apoyan en herramientas y, por otro lado, aíslan demasiado a los niños de los peligros del mundo real.
La sociedad tiende a aislar a los niños, subraya, lo que aparentemente les protege pero no les expone a otros peligros.
El 12% de los niños italianos de 4 a 10 años tiene su propio teléfono móvil, que no comparte con sus padres, y tres de cada diez niños tienen un teléfono móvil a los 12 años.
Reducción de la concentración y la memoria, deterioro del aprendizaje, alteraciones del sueño y aumento de la agresividad son algunos de los perjuicios que advierte la Sociedad Italiana de Pediatría, que recomienda a las familias que no anticipen a sus hijos el uso del móvil.
Francesca, madre de una adolescente de 15 años, afirma que la medida es acertada, ya que su hija ha pasado más tiempo en las redes sociales en los últimos años, lo que le ha facilitado el acceso a sitios que no son apropiados para ella.
No obstante, advierte de que lo básico debe ser parental, pero esta herramienta puede ser un comienzo. Este punto también lo defiende Baltar, otro padre de tres hijos, que valora la medida como útil pero insuficiente.
El experto Di Bari afirma que este control tecnológico debe entenderse sobre todo como una herramienta educativa para enseñar a los jóvenes a autorregularse y ayudarles a entender los límites de los contenidos y el tiempo de uso de los dispositivos. Si ya se ha descubierto que los adultos utilizan las redes sociales para difundir discursos de odio y mensajes que no dirían a la cara, los niños corren un mayor riesgo de tener comportamientos indeseables debido a su falta de concienciación.