Washington. El discurso sobre el Estado de la Unión pronunciado este jueves por el presidente estadounidense, Joe Biden, se centró en las elecciones de noviembre y en su probable oponente, el republicano Donald Trump, quien, sin ser identificado, ha criticado y advertido. Joe Biden habló durante más de una hora defendiendo su administración ante ambas cámaras del Congreso, con el grupo demócrata apoyándolo con sostenidos aplausos y vítores, y el grupo conservador, criticándolo y abucheándolo.
A diferencia de mi predecesor, sé quiénes somos como estadounidenses. Somos la única nación en el mundo cuyo corazón y alma están arraigados en lo viejo y lo nuevo, dijo, y llamamos a la unidad sin despreciar la inmigración. Los dos candidatos salieron fortalecidos de las primarias del Supermartes del 5 de marzo, un día en el que 15 estados celebraron primarias, pero la popularidad del presidente atraviesa momentos difíciles: según el promedio de encuestas FiveThirtyEight, 56,3.
aprobar su trabajo, 26 puntos más que al inicio de la misión. Leer más: Biden pide mayores impuestos a los ricos en su discurso sobre el Estado de la Unión Al actual presidente también le pesa el apoyo de Estados Unidos a Israel y su tibia condena al ataque a Gaza. De hecho, los partidarios del alto el fuego bloquearon la entrada al Capitolio el jueves con pancartas que afirmaban que el legado del presidente era genocidio, lo que provocó que comenzara su discurso unos 20 minutos tarde.
Biden aseguró que está trabajando incansablemente para lograr un alto el fuego inmediato y temporal en Gaza, permitiendo la liberación de rehenes de Hamás y llevando ayuda humanitaria al enclave, y, como planeaba la Cámara Blanca, ordenó al ejército estadounidense abrir un puerto en Gaza. La banda permite la participación de este soporte. El presidente no sólo debe retener a sus subordinados sino también evitar que el voto punitivo tenga un impacto significativo en él en las elecciones, especialmente entre los jóvenes.
El supermartes, en estados como Minnesota, la tasa de abstención fue de casi el 20%. Biden, de 81 años, se presentó enérgicamente y no dudó en su discurso. Hizo esperar y tomar conciencia de los desafíos que enfrentaba a quienes dudaban de su capacidad física y mental para gobernar.
El problema que enfrenta nuestro país no es nuestra edad sino nuestras ideas. El odio, la ira y la venganza son algunas de las ideas más antiguas. (…) No podemos liderar a Estados Unidos con viejas ideas que nos hacen retroceder, argumentó.