Su vida, marcada por desafíos personales y profesionales, reforzó sus creencias Su misión es ser una fuerza positiva para inspirar a otras mujeres. La historia de la Dra. Mirna de la Cruz es un fascinante viaje de resiliencia y empoderamiento.
En su búsqueda de la excelencia profesional descubrió una especialidad donde la ciencia se combina con la belleza y la salud, abriendo así el camino a la medicina estética. Sus aportaciones no se limitaron a potenciar la armonía exterior. Ella, con su inquebrantable dedicación y perspectiva única para sacar a relucir la belleza interior, ha cambiado la forma en que las mujeres perciben y aceptan su propia imagen, y se destacan, más allá de sus habilidades y conocimientos, gracias a su fuerte compromiso con el empoderamiento de la mujer.
Desde el principio de mi carrera quise ir más allá de simples mejoras cosméticas y entendí que el enfoque tenía que ser global. Entonces decidí promover el cuidado de la salud de manera innegociable, explica el médico del equipo Listín Diario. CEO de Skincare, su capacidad para construir conexiones significativas con los pacientes la ha convertido en una mentora y aliada en el camino de cada mujer hacia su mejor yo.
Cada día me esfuerzo por hacer de mi consultorio algo más que un espacio para recibir tratamientos cosméticos; sino un santuario donde se fomenta la autoaceptación y se celebra la diversidad. Una prueba exitosa Hace varios años, la Dra. Mirna de la Cruz enfrentó un desafío personal que demostró su valentía y resiliencia.
Un desafío diferente a los que había superado. Un diagnóstico de cáncer de tiroides puso a prueba su fuerza interior, pero en lugar de darse por vencida ante la adversidad, utilizó su experiencia médica para abordar su propia salud con determinación y optimismo. Fueron días difíciles en los que tuve que dejar a mi familia.
Pero a pesar de las dificultades, creo en el poder de Dios y el deseo de tener a mis hijos en mis brazos me llena de esperanza, recordándome firmemente que Dios tiene un plan maestro para cada uno de sus hijos. Esta experiencia no sólo profundizó la relación con sus pacientes, que hoy sirven de apoyo para otras mujeres en situaciones similares, sino que también fortaleció su compromiso con la salud integral, demostrando que incluso en los momentos más difíciles es posible encontrar la fuerza para continuar. .
. En un mundo donde las presiones estéticas a menudo eclipsan la importancia del bienestar emocional, es importante asumir un compromiso profesional para redefinir los estándares de belleza promoviendo la aceptación y el amor a uno mismo. Sólo entonces podremos ayudar a construir una comunidad de mujeres fuertes, saludables y seguras.
un sentimiento Mis hijos son el motor que me motiva a ser cada día mejor persona, a seguir adelante aunque el camino sea difícil. Me enseñaron el poder del amor incondicional.
