Salud

Moda dietética exclusiva

caruri 23.png
caruri 23.png
Los primeros tres meses del año son el momento ideal para cambiar tu alimentación.

Los primeros tres meses del año son el momento ideal para cambiar tu alimentación. Efectivamente, uno de los propósitos más repetidos a principios de año es empezar una nueva dieta, ya sea por motivos de salud, de peso o por ganas de probar nuevos hábitos alimentarios. Entre la gran cantidad de recomendaciones aparentemente contradictorias para diferentes estilos de alimentación, las dietas sin gluten, sin lactosa y sin fructosa han ganado seguidores.

Parte de su éxito es que hoy en día es mucho más fácil encontrar alimentos con estas características. Según la Academia Española de Nutrición y Dietética, la población tiene 15% monopolios mundiales del menú lactosa y un 5,7% de gluten, por lo que se considera razonable desde el punto de vista científico, una situación que puede resultar nociva para la salud. En concreto, las dietas sin lactosa, el tipo de alimentación más seguida por la población mundial, no están contrastadas desde el punto de vista científico en un 61% de los casos.

Como resultado, se estima que un 25% de los españoles sigue una dieta sin lactosa y un 64% aplica este hábito en su familia. Algo parecido ocurre con el gluten y la fructosa, pero esto no tiene base científica en el 72% de los casos. Puedes leer: ¿Cuáles son los “químicos eternos” que contaminan frutas y verduras?

Arriesgarse a tomarlos sin consejo Otras dietas excluyentes presentes en los nuevos hábitos son las dietas flexitarianas (7%), caracterizadas por un bajo consumo de carne pero privilegiando las carnes blancas y magras; los vegetarianos (4%), excluyen la carne y el pescado, pero pueden permitir productos lácteos y huevos, y los vegetarianos (0,8%) no permiten ningún objeto alimentario de origen animal. Este tipo de dietas en ocasiones abordan no sólo cuestiones de salud sino también creencias personales y/o un determinado estilo de vida. Las personas sanas necesitan una dieta equilibrada que contenga nutrientes esenciales para el funcionamiento normal del organismo y para prevenir enfermedades relacionadas con los hábitos alimentarios.

Por ello, las exclusiones de alimentos deben decidirse y realizarse bajo la supervisión de un profesional médico, ya que pueden suponer una serie de riesgos para la salud: Vegetariano y vegano La deficiencia de vitamina B12 puede provocar problemas leves o moderados como fatiga, debilidad o mala memoria, o provocar problemas más graves como anemia megaloblástica, problemas neurológicos, depresión o pérdida de memoria. Por lo tanto, los profesionales deben complementar la vitamina B12 y recibir asesoramiento nutricional y dietético adecuado para evitar una mayor deficiencia. Dieta sin gluten o baja en gluten Hacerlo sin un diagnóstico y seguimiento adecuado puede conllevar un bajo consumo de fibra, vitamina D, B12 y folato, así como de hierro, zinc, magnesio y calcio, así como un alto consumo de grasas saturadas y una hidrogenación más parcial.

Dieta sin lactosa: seguir esta dieta sin un diagnóstico de intolerancia total o parcial puede aumentar el riesgo de una absorción inadecuada del calcio, afectando negativamente a la salud general y específica, especialmente a la salud ósea (aumento del riesgo de osteoporosis a medio y largo plazo, fracturas óseas) . ).

TRA Digital

GRATIS
VER