Economicas

Los barrios capitalinos lloran por una grave escasez de agua

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A sus 78 años, Genaro Rafael Martínez, que vive con cuatro familiares y depende de un tanque de agua, está furioso ante esta situación.

A sus 78 años, Genaro Rafael Martínez, que vive con cuatro familiares y depende de un tanque de agua, está furioso ante esta situación. La escasez de agua ha sido desastrosa para zonas como Invi, en Los Mina, y Lucerna, en Santo Domingo Este, donde la gente se ha expresado a gritos por la falta de líquidos. Luisa Alcántara, vecina de la zona de Invi, dijo: Estamos desesperados y llorando, compramos camiones cisterna sin luz, no tenemos o no podemos usarla para nada más y lo peor de todo, tuvimos que pagar lo que queríamos.

Los Angeles. Mina. Según Alcántara, cuando compró su cisterna tuvo que limitar su consumo para que le durara, incluso usando solo detergente para limpiar o tirar la cadena del inodoro, porque más de un mes en la calle donde dice vivir María Trinidad Sánchez, el efectivo no llega.

El agua debía llegar el jueves y el domingo pero tampoco llegó. Tardaron más de un mes en llegar y hubo que comprar camiones para poder soportar todo el edificio, explica Alcántara. A sus 78 años, Genaro Rafael Martínez, que vive con cuatro familiares y depende de un tanque de agua, se muestra indignado por esta situación, porque no se explica por qué tuvo dificultades para conseguir el líquido tan esencial para el desarrollo de la vida cotidiana.

. No vino el jueves, no vino el domingo; Hay que conseguir unos 2.000 pesos en cualquier lugar para pagar el agua. Que nos den agua a nosotros, los pobres, que pagamos religiosamente por el agua, que es imprescindible para todo: cocinar, lavar, limpiar, insistió Martínez.

En la zona de Lucerna, donde la gente se queda en casa con las puertas cerradas y es raro ver grupos de personas charlando en la acera, cuando se pregunta por el agua en esta zona, la respuesta es la misma: aquí no viene. Y según los vecinos entrevistados, esta escasez afecta a la zona desde hace muchos años, y por mucho que exijan una solución al problema, son solo palabras y no acciones forzadas. El problema del agua siempre ha existido aquí, lamentablemente un día llega muy poco, y cuando crees que existe, ya no existe.

Cada 15 días compramos camionetas por mil 500 pesos”, dijo Mónica Ubri, parada frente a su casa en la carretera 10W de esta zona. En los establecimientos comerciales de la zona también se vivió una situación de agitación, alegando motivos laborales, por lo que los comerciantes ya no supieron manejar la situación. Se suponía que vendría todos los domingos, pero ni siquiera el encargado de servicios públicos vino a CAASD la semana pasada y todavía no han llegado.

A la zona le falta agua, estamos haciendo mucho”, dijo Francisco Báez, quien trabaja en la pulpería Autoservicio González desde hace dos años. En la explicación recibida de las autoridades de la Empresa de Acueductos y Alcantarillados de Santo Domingo (CAASD), los entrevistados coincidieron en que sólo les dijeron que se trataba de una avería o de la válvula que prometieron arreglar pero nunca lo hicieron.

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