El autismo (trastorno del espectro autista) es un trastorno neurobiológico que afecta a 1/160 niños; las personas con esta enfermedad suelen ser acosadas por amigos, preocupadas y aisladas por su familia. Hasta no hace mucho, esto se consideraba una enfermedad mental y los niños no podían ir a la escuela, lo que provocaba mucho sufrimiento y dependencia de sus familias, así como la imposibilidad de estudiar y prepararse para ganarse la vida. Desde el 2 de abril de 2007 se celebra el Día Mundial de Concientización sobre el Autismo, día elegido por la Asamblea de las Naciones Unidas para promover la inclusión de las personas con este trastorno y mejorar la calidad de sus vidas.
En nuestro país, el pasado mes de junio se aprobó la Ley 4-23 para proteger a las personas que padecen esta enfermedad, y aunque el poder ejecutivo la considera insuficiente, incompleta y carente de ciertos elementos, la norma tiene el potencial de garantizar protecciones más integrales para los niños con autismo, pero no ha sido promulgado. con la promesa de trabajar para mejorarlo. A pesar de estas observaciones, se puede considerar positivo que exista al menos una ley que impone al Estado y al sistema de salud la obligación y responsabilidad de brindar a las personas autistas servicios de atención en salud y tratamiento psicológico y oportunidades de integración social.
Otro problema que ha surgido en las últimas semanas es que el CAID, el Centro de Atención Integral a Personas con Discapacidad, ya no forma parte enteramente del Departamento de Salud Pública y está bajo la competencia del Departamento de Educación, lo que genera indignación por la falta de capacidad del portafolio educativo para abordar las diversas discapacidades de los niños atendidos por CAID, incluidos los niños autistas. El tema de este día para el 2024 es De la supervivencia a la prosperidad: las personas autistas intercambian opiniones sobre su zona, enfatizando que estas personas son capaces de trabajar, producir, esto también debe servir como estímulo para aceptar y promover su inclusión, para mejorar comprender a los niños con este trastorno y tratarlos como personas reales.
