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Washington.- La Corte Suprema autorizó ayer al Gobierno del presidente estadounidense, Donald Trump, a reanudar las expulsiones de inmigrantes a terceros países como Sudán del Sur y El Salvador, lo que representa un triunfo para la Casa Blanca y su campaña de deportaciones masivas.
La decisión del tribunal más alto suspende la orden de un juez federal que mantenía parada la deportación de ocho inmigrantes a Sudán del Sur, entre los que se encuentran dos cubanos y un mexicano.
En una breve orden no firmada, la Corte Suprema suspendió la orden del juez federal Brian Murphy, de Massachusetts, que el mes pasado determinó que la Administración de Trump violó una orden que le impedía deportar a los ocho inmigrantes a un país donde pueden ser torturados sin darles la oportunidad de una defensa legal adecuada.
Debido al fallo del juez Murphy, los ocho inmigrantes y once agentes migratorios permanecen en una base aérea de Yibuti, donde, según los abogados del Gobierno, corrían peligro por estar expuestos a un posible ataque de Yemen, además de riesgos a su salud por condiciones “deplorables”.
En su alegato ante la Corte Suprema, el Gobierno de Trump argumentó que los inmigrantes enviados a terceros países cometieron crímenes “monstruosos” y que sus propios países no habían querido recibirlos.
De los ocho deportados, solo uno es de Sudán del Sur y el resto son originarios de Cuba, México, Laos, Birmania y Vietnam.
La legislación estadounidense estipula que el Gobierno no puede deportar a migrantes a terceros países donde podrían ser torturados o estar en riesgo.
El Departamento de Estado considera a Sudán del Sur como un país peligroso.