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Un “error garrafal” causó que el equipo Soudal-Quick Step tuviera un inicio de Tour desastroso, este sábado en el norte de Francia, entre el tiempo perdido por su líder Remco Evenepoel y la ausencia del velocista Tim Merlier en el esprint final en Lille.
Atrapados en un abanico provocado a 17 kilómetros para la meta por el equipo Visma-Lease a bike del danés Jonas Vingegaard, los dos belgas y sus compañeros vieron cómo la diferencia con el grupo de cabeza se ampliaba sin remedio.
El esprínter, anunciado como uno de los favoritos para esta primera etapa, que ofrecía el premio extra del maillot amarillo al vencedor, y Evenepoel llegaron a meta a 39 segundos del triunfador del día, el esprínter belga del Alpecin Jasper Philipsen, pero también, y sobre todo, de los favoritos Tadej Pogacar y Vingegaard.
“Pensamos que ya no había peligro. Un error enorme”, lamentó Remco Evenepoel después de haber recuperado el aliento y de haber pedaleado en rodillo sobre su bici de contrarreloj junto al autobús del equipo, rodeado por aficionados llegados de la vecina Bélgica.
“Siempre es una putada comenzar así…”, lamentó el campeón olímpico en línea y contrarreloj.
“Creo que lo más decepcionante hoy es que no pudimos pelear por la etapa con Tim; creo que es más decepcionante que mi pérdida de tiempo”, relativizó.
“Estábamos muy lejos con el equipo. Se perdieron un poco los unos respecto a los otros, estaban solucionándolo justo antes de la curva, estábamos muy lejos y se rompió”, explicó, por su parte, Jurgen Foré, director del equipo, al término de una jornada con viento en Lille.
Y eso que la formación belga era consciente del peligro probable en el punto del recorrido en que se produjo el abanico; una curva a la derecha y un paisaje despejado exponían al pelotón.
“Sabíamos que era el último lugar en el que podría pasar algo, lo sabíamos, pero de algún modo nos dormimos, porque la carrera estaba muy tranquila en ese momento”, describió Evenepoel, tercero en el último Tour.
‘El Pequeño Caníbal’ trató de reducir los daños en solitario, pero se vio desequilibrado por otro corredor y tuvo que quedarse en el grupo perseguidor.
“Son unos segundos perdidos estúpidos. Nos dormimos, es un error colectivo, pero quedan 20 etapas. El año pasado teníamos un retraso de 40 segundos al cabo de cuatro etapas”, relativizó Remco.
Antes del inicio del Tour, Evenepoel había enfatizado la importancia de esquivar las trampas de la primera semana.
“Vamos a intentar sobrevivir, de pasar los diez primeros días sin problema”, indicaba el belga, que ve ya muy reducidas sus posibilidades de enfundarse el maillot amarillo en la primera contrarreloj, programada en la quinta etapa, el miércoles en Caen.
El corredor de 25 años había asegurado que su equipo tenía “siempre un plan A, pero dados los diez primeros días, a menudo necesitaremos un plan B, o incluso C”.
El domingo podrá empezar a aplicarlo entre Lauwin-Planque y Boulogne-sur-Mer, con 209 kilómetros exigentes, y un final con varios repechos que obligarán a los favoritos a estar muy atentos.
“Mañana será una carrera explosiva”, aseguró el ganador de la Vuelta a España 2022.
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