Este contenido fue hecho con la asistencia de una inteligencia artificial y contó con la revisión del editor/periodista.
MD Producciones, de la empresaria Mónika Despradel, presentó en el Teatro Nacional el espectáculo “Forever Tango”, creado y dirigido por el multifacético artista Luis Bravo.
No han sido frecuentes en nuestros escenarios los espectáculos de tango, recordamos en el 2006 “Tangokinesis”, de Ana María Stekelman, y la “Esquina de Carlos Gardel” y en 2014, por primera vez “Forever Tango”, que hoy once años después, regresa a la escena dominicana.
Los gemidos del bandoneón brotan embriagantes, nos llevan al disfrute del Tango, danza, de seductor movimiento, baile de pareja, unidad básica de su identidad, es una entrega total, donde el hombre manda, cobija la mujer y la sostiene, decide las evoluciones y la velocidad de los movimientos, la relación es íntima, total, las parejas se envuelven en un baile embriagante, sugestivo y sensual; el poeta Enrique Santos Discépolo definió el tango como “un pensamiento triste que se baila”.
Puede leer: Anuel AA llega hoy con su concierto: Las canciones que no pueden faltar
Una pequeña orquesta, integrada por excelentes músicos, transmite el espíritu del tango y sus variantes. Con una hermosa Obertura da inicio la representación, se escuchan los primeros aplausos.
En perfecta adecuación, música y baile nos llevan a “El Suburbio”, pieza original de Luis Bravo. El burdel, local de los barrios de Buenos Aires, a principios del siglo XX, cobija al tango en sus inicios, la escena es fascinante con sus personajes propios del lupanar: guapos, malevos, compadritos y sus “preferidas”, de los que nos hablan en su “lunfardo” tantas letras de los tangos; entonces fluye la danza incontenible, se convierte en un drama, las parejas se envuelven en un baile embriagante, sugestivo y sensual. Cada pareja de estupendos bailarines crea su propio código, su particular estética.
La música nos envuelve, solo siete músicos, pareciera que fluye de una gran orquesta, y escuchamos…”Un Tango”. Luego, del lupanar, Luis Bravo siempre creativo, nos lleva “En lo de Hansen” a un lugar distinguido, la famosa “Casa Hansen”, donde jóvenes de clase alta, se reunían para bailar un tango, baile aun prohibido.
La pareja formada por, Gonzalo Bogado y Jiimena Toñanez, dan un toque más clásico, al llamado tango “lascivo”.
Los primeros acordes llenos de magia se escuchan, es uno de los tangos más famosos “Uno” del compositor Mariano Mores y letra de, Enrique Santos Discépolo, cuyos versos dicen “Uno busca lleno de esperanzas, el camino que los sueños prometieron a sus ansias”. La cantante Marcela Ríos con gran pasión, interpreta este bello tango.
Cada pieza nos cuenta la historia de una época, con una perfecta adecuación entre la música y el baile, es como decir, bailar la música. Disfrutamos de “Gallo Ciego” ejecutado por, Pablo Vélez y Daniela Kisyma. Luis Bravo en su pieza “Aristocracia” nos traslada a los nuevos tiempos en que el tango rompiendo fronteras entre las clases sociales, fue aceptado. Los bailarines Sebastián Martínez y Ayelén Morando, son la fina estampa de los aristócratas, con sus exquisitos y elegantes movimientos.
Luis Bravo en otra entrega, nos ofrece una pieza de gran comicidad “No Fotos”, en la que alude a la prohibición de fotos en el escenario. El potencial histriónico de Ariel Manzanares, acompañado de María Noel Sciuto, hacen de este baile un verdadero deleite. Luego, la orquesta interpreta del propio Bravo, “Un Tango”, siendo el bandoneón protagonista.
El virtuosismo de la pareja formada por César Peral y Soledad Buss, nos impresiona con la milonga “Tanguera” y luego en “Romance entre el dolor y mi alma”. Un momento entrañable nos conecta irremediablemente con “El Zorzal, Carlos Gardel”, escuchamos el famoso tango “El día que me quieras”, convertido en una danza sensual ejecutada por Marcela Ríos.
El sonido del bandoneón de nuevo inspira a Luis Bravo, en su pieza “Tres Parejas”, interpretada por Juan Paulo Hordvarth y Natalia Turelli, Gonzalo Bogado y J imena Toñanez, y Sebastián Martínez y Ayelén Morando, en ella destacan la elegancia de sus movimientos y desplazamientos.
El espectáculo continúa sin pausa, la orquesta interpreta “Celos”, en la que destaca el virtuosismo de la violinista, Diana LeGrand. La pareja, Pablo Vélez y Daniela Kizyma, ejecutan una danza “introspectiva e introspectiva”, “Quejas de Bandoneon”… “Un pensamiento triste que se baila”.
Los primeros compases de “La Cumparsita”, llamado el “Tango de los Tangos”, del músico Gerardo Matos Rodríguez, emocionan al público, no concebimos un espectáculo de tango donde no se incluya este famoso tango, sin poder evitar recordar la interpretación de Carlos Gardel. Han quedado por reseñar algunos momentos, no por ello menos importantes.
“Lo que Vendrá”, no lo sabemos, pero si recordaremos este momento final, en que la compañía toda, en una marea de movimientos, nos envuelve en la magia del tango. El público emocionado ovacionó a la compañía de músicos y bailarines, “Forever Tango”, siempre a la espera de nuevas presentaciones.
Agregar Comentario