HONOLULU (HawaiiNewsNow) – El Presidente filipino Ferdinand Bong Bong Marcos Jr.
más de 30 años después de que su familia se exiliara, Marcos regresó a Honolulu para una estancia de dos días y recibió una entusiasta bienvenida en un concierto y un mitin de campaña con unos 1.000 líderes de la comunidad filipina.
La visita de Marcos a Honolulu fue la primera desde que su familia se vio obligada a huir de Filipinas en 1986, después de que su padre, el ex Presidente Ferdinand Marcos, fuera derrocado en la revolución no violenta EDSA People Power Revolution.
Marcos padre murió en Honolulú en 1989 y la familia pudo regresar a Filipinas en 1991.
Marcos dio las gracias a quienes ayudaron a la familia durante su estancia en Hawai, entre ellos Joe Lazo, uno de los más firmes partidarios de Marcos desde la década de 1980.
Cuando nos mudamos a Makiki Heights, siempre estuvisteis ahí para nosotros. No teníamos nada, pero lo limpiaron todo y lo inspeccionaron todo. Estas son las personas que han mantenido unida a la familia Marcos, tanto física como mentalmente, dijo Marcos en su discurso. Aunque les diéramos las gracias todos los días durante mil años, no sería suficiente.
Tenemos con ellos, como familia y como individuos, una deuda de gratitud que nunca podremos saldar».
Recibido por el Gobernador Josh Green, el alcalde de Honolulu Rick Brangardi y funcionarios hawaianos que acababan de terminar una cumbre de la APEC en California, Marcos llegó a la base Hickam de Pearl Harbour el sábado por la noche.
Hawai le recibió con los brazos abiertos, especialmente la comunidad filipina. Eddie Flores, cofundador del Centro Comunitario Filipino de Waipahu, dijo: «Éste es su segundo hogar».
El Sr. Flores dijo que era bueno escuchar más sobre las políticas económicas del Sr. Marcos. Marcos dio las gracias a los empresarios filipinos de Hawai por sus continuas misiones comerciales e inversiones.
Soy un hombre de negocios. Me fijo en la economía. Y el PIB ha aumentado entre un 5 y un 7% en los últimos años, y seguirá igual el año que viene. dijo Flores, fundador y presidente de L&L Hawaiian Barbecue.
Marcos también expresó su solidaridad con los fallecidos en los incendios de Maui, guardó un minuto de silencio y abogó por estrechar los lazos entre Filipinas y Estados Unidos.
El domingo se reunió en Camp Smith con líderes militares del Indo-Pacífico, entre ellos el almirante John Aquilini. A continuación pronunció un discurso político y participó en una sesión de preguntas y respuestas en el Centro Daniel K. Inouye de Estudios de Seguridad Asia-Pacífico.
En su discurso, Marcos destacó dos prioridades clave en las relaciones entre EE.UU. y Filipinas, entre ellas la atención a la innovación y las tecnologías emergentes, y la preocupación por el aumento de las tensiones en el Mar de China Meridional. Sin nombrar a China, Marcos envió a los líderes militares estadounidenses y a los expertos en política internacional el firme mensaje de que Filipinas no cederá ni un centímetro cuadrado a ninguna potencia extranjera.
Al margen de la cumbre de la APEC, Marcos se reunió con el presidente chino, Xi Jinping, con la esperanza de rebajar las tensiones en medio de los recientes enfrentamientos en aguas que Pekín reclama como suyas, tras una sentencia internacional de 2016 que invalidaba las pretensiones chinas.
Esto se produce en un momento en el que el Gobierno de Marcos ha firmado un acuerdo nuclear con Estados Unidos y sigue ampliando el acceso estadounidense a bases militares en Filipinas.
Vítores y aplausos llenaron el centro de convenciones el sábado, pero la escena fuera era diferente. A la familia Marcos le gusta borrar su sórdida historia de los libros de historia, reescribiendo literalmente todas las atrocidades cometidas por su padre y su familia en Filipinas y sus crímenes contra la humanidad contra los filipinos, afirma Yoko Ilarano, de la Comisión Filipina de Derechos Humanos.
Los críticos afirman que la familia Marcos ignoró una orden de 1995 del Tribunal Federal de Distrito de Hawai de pagar 2.000 millones de dólares en indemnizaciones a las víctimas durante el reinado de su padre. Marcos dijo a la multitud congregada en el interior que ahora es el momento de unirse.
Seguid apoyando a vuestro gobierno y a Filipinas. Habéis trabajado duro para construir vuestras vidas aquí. Sois el pegamento que nos mantiene unidos».
Muchos filipinos en Hawai, como el defensor de los derechos de los trabajadores Sergio Alcubilla, dicen que están dispuestos a dar a Marcos una oportunidad para ser presidente.
No creo que Marcos pueda ser presidente hasta que aborde algunos de los casos contra ellos y sus familias y se tome en serio esa historia. Es difícil para este país seguir adelante y dejarlo de lado’, afirma Alcubilla.
