Estudios realizados en los últimos años han demostrado que la lectura puede mejorar la conectividad cerebral, reduce el estrés, mejora la memoria y la concentración, estimula la creatividad y mejora la empatía. ¿Cómo puede la lectura afectar positivamente la salud mental de una persona? No hay duda que la lectura no sólo afecta positivamente a nuestra salud mental, sino que también hay estudios que demuestran que a nivel fisiológico nos ayuda mucho como humanos, hemos comprobado que las personas que leen libros activamente pueden mejorar la conectividad entre sus neuronas.
En este nivel, la salud mental nos ayuda a desarrollar la empatía, nos permite conectar con personajes, tomar otras perspectivas, ampliar nuestra imaginación, podemos simular estados mentales del dios de otra persona y esto por supuesto trae muchas ventajas. ¿Recomienda algún género literario específico para mejorar la salud mental? Los libros de autoayuda, que han sido muy criticados, son una fuente constante de crecimiento y aprendizaje, que por supuesto traerán emociones refrescantes si los aplicamos y entendemos claramente lo que el autor quiere transmitir específicamente.
Lo que aconsejo es que el autor debe ser un experto en comportamiento, sus estudios son comprobables, porque en el mercado hay de todo. Quizás te interese: Dos nuevos libros de poetas dominicanos de los 80 ¿Cuáles son los beneficios cognitivos asociados con la lectura regular? Al desarrollar la empatía, podemos ampliar nuestra visión del mundo.
Es un aliado que nos ayuda a alejarnos de las pantallas que ocupan la mayor parte de nuestro tiempo, una pérdida de tiempo preciosa que se ha demostrado que sin querer nos hace sentir y aumentar el estrés, la ansiedad y la depresión. ¿Cómo puede la lectura ayudar a las personas a controlar el estrés y la ansiedad? Un buen libro nos cautiva y nos mantiene cautivados, es el momento ideal para estar con nosotros mismos y con los personajes cuya historia se desarrolla.
Es cierto que los niveles de dopamina de nuestro cerebro se alcanzan inmediatamente cuando utilizamos teléfonos móviles y pantallas, pero la paradoja es que para tener esa sensación necesitamos dosis cada vez más altas. En cambio, con un libro la recompensa es más lenta pero más duradera, porque al final, cuando lleguemos a la última página, no significa que el libro se acabe porque lo llevaremos dentro y veremos el conocimiento tan bien como aprendiendo. lo que logremos moldeará nuestras acciones y nuestro estilo de vida.
De ahí el dicho de que somos resultado de los libros que leemos, entre otras cosas. ¿Existen recomendaciones sobre cuánto tiempo dedicar a la lectura para lograr beneficios para la salud mental? No hay un tiempo específico.
Lo importante, como todo en la vida, es crear una rutina. No fuerces nada. Existe una distorsión cognitiva llamada “debería” que resulta contraproducente en estos casos.
Eso no es lo mismo que decir: debería leer, lo que significa que quiero leer. Tenga en cuenta que hay un imperativo implícito en los deberías y los deberías que, en última instancia, no respaldan nuestros objetivos. Lo primero es tener ganas y en este nivel hacer un plan de lectura que comience con unos minutos al día o unas páginas al día, aunque esta vez podremos leer más sin excedernos en el corto tiempo establecido, con disciplina y constancia.
puede pasar y extenderse hasta convertirse en un hábito. ¿Se puede adaptar la elección de indicadores específicos a las necesidades individuales del paciente durante la terapia? Así es, como tarea, los terapeutas solemos asignar ciertos libros o pasajes para leer en casa.
Evidentemente esto no se aplica a todo tipo de pacientes, ya que no todos aprendemos de la misma forma ni tenemos las mismas habilidades. Esto dependerá de cada persona.