Este contenido fue hecho con la asistencia de una inteligencia artificial y contó con la revisión del editor/periodista.
Jamás había presenciado algo semejante. (…) He visto muchos huracanes, tornados y nunca había visto algo de esa naturaleza. Eso es algo espantoso”, dijo el mandatario republicano en una mesa redonda junto al gobernador de Texas, Greg Abbott, y funcionarios locales.
Su visita al condado de Kerr, el más afectado por el desastre y donde se hallaron la mayoría de las víctimas mortales, ocurre mientras crecen las preguntas sobre la respuesta de las autoridades locales durante las inundaciones y el papel que las deficiencias del sistema de alertas tuvo en la tragedia.
El mandatario evitó abordar el tema y se enfocó en elogiar a los funcionarios estatales y locales, señalando que realizaron un “trabajo increíble” y actuaron “como profesionales”.
La primera dama, Melania Trump, también participó en la visita y ofreció sus condolencias a las familias de los fallecidos: “Mientras lamentamos esta tragedia impensable, nos reconfortamos en saber que Dios ha dado la bienvenida a estas pequeñas niñas hermosas”. Al menos 27 niñas y jóvenes de un campamento cristiano perecieron en las riadas.
El desastre, que se desató por las fuertes lluvias caídas entre el 3 y 4 de julio, dejó más de 161 desaparecidos, al menos 120 muertos y kilómetros de destrozos en la región del Hill Country, en las afueras de San Antonio.
En total, el día de la tragedia se acumularon entre 12,7 y 27,9 centímetros de lluvia en los condados de Kerr, Bandera, Tom Green y Kendall, según el Servicio Nacional de Meteorología.
Agregar Comentario