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Esta vez la República Dominicana sigue la pista de su megaestrella Marileidy Paulino y del desafío que representan para su dominio de los 400 m la bahreiní Salwa Eid Naser (entrenada por José Ludwig Rubio) y la estadounidense Sydney McLaughlin‑Levrone, cuyas marcas personales de 48,67 s y 48,74 s superan los 48,81 s de la criolla.
Pero el tema de la entrega de hoy no es otro que el récord mundial de salto de longitud que estableció el estadounidense Mike Powell en Tokio ’91 y que, el 30 de agosto, cumplió 34 años sin ser superado.
La marca que le precedió fue lograda en los Juegos Olímpicos de México 1968 por Bob Beamon, con un salto mítico de 8,90 m que se mantuvo vigente durante 23 años, hasta la sorprendente hazaña de Powell, quien en su quinto intento alcanzó los 8,95 m, ganándose una reñida batalla contra el gran Carl Lewis, cuyo cuarto salto de 8,91 m habría sido nuevo récord, pero fue invalidado por viento a favor.
“El hijo del viento”, Lewis, dejó su mejor marca en la disciplina con 8,87 m, registrada en su último intento al intentar destronar a Powell y alzarse con el oro en Tokio ’91.
Del explosivo salto de Powell y la sorpresa que provocó al romper una marca que parecía infranqueable, guardamos una anécdota.
Ese 30 de agosto de 1991 llegamos temprano a nuestro puesto en el diario El Siglo, justo a la 1 p.m., y lo primero que hicimos fue consultar en la computadora los feeds de agencias; allí nos topamos con esa impresionante noticia.
El impacto nos llevó a llamar al inmortal Tomás Troncoso durante su legendario programa “Los deportes en marcha”, y pasamos varios minutos al aire comentando ese y otros resultados del Mundial. Fue una de esas pocas ocasiones en que osamos interpelar en vivo al recordado “técnico de los ojos azules”.
Seis años después, en 1997, fui designado como periodista para acompañar al entonces secretario de Deportes, don Juan Marichal, y al subsecretario Felipe Payano, en la ciudad de Miami.
En la residencia del otrora astro del baloncesto Eduardo Gómez, escuchamos que mencionaba el nombre de Bob Beamon en una conversación telefónica.
Extrañado, le preguntamos si se refería al legendario saltador de México ’68; al confirmar, le confesamos nuestra admiración por el gigante del salto.
Al afirmar que el estadounidense Beamon había visitado la República Dominicana durante los Juegos Nacionales de Barahona 1981, nos prometió presentarnos esa misma tarde en un encuentro que Marichal encabezaría en un restaurante de Miami, al cual también asistirían el actor mexicano de origen dominicano Andrés García y nuestro Hugo Cabrera.
El inmortal Eduardo Gómez cumplió su palabra y así conocimos a uno de los atletas más emblemáticos del atletismo mundial, de cuyo encuentro conservamos una fotografía.
Treinta y cuatro años después de que Powell superara el récord de Beamon, la capital japonesa vuelve a acoger, en 2025, el Campeonato Mundial de Atletismo. Sin embargo, no parece haber indicios de que ninguno de los aspirantes al podio del mismo Estadio Nacional de Tokio se acerque siquiera a la duradera marca establecida por el afroamericano Mike Powell.
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