Por Salvador Holguín
Es evidente que ha caído muy mal en la sociedad dominicana y en especial al Danilismo lo que me han hecho, lo digo porque desde que se enteraron que la presidenta de la Cámara de Diputados y hermana del presidente Danilo Medina enfiló los cañones contra mí acusándome de algo que no cometí, reaccionaron molestos diciendo: “El periodista Salvador Holguín no merece ser tocado por la familia Medina ni con el pétalo de una rosa, si algo ha de recibir de la monarquía presidencial es distinción, respeto y agradecimiento por cómo ha sido Salvador con la realeza palaciega”. Cuando le extendí el ramo de olivo a Yomaira como símbolo de paz y armonía, me llamaron cobarde y que le tenía miedo por la actitud que asumí de caballero y hombre respetuoso hacia una dama.
Indistintamente de lo que pase en la litis entre la señora Yomaira Medina y yo, debo decir que el juicio que estamos llevando en la Octava Sala del Palacio de Justicia de Ciudad Nueva es interesante, este acontecimiento pone a prueba la justicia dominicana en cuanto a su parcialidad o justeza en la aplicación de las leyes y la Constitución de la República, e independencia de los poderes del Estado. También a la calaña política para saber cómo usan el poder y avasallan a alguien que contribuyó a conseguirlo, coadyuvando con la reelección presidencial de su hermano Danilo Medina.
En el caso de nuestra clase periodística comunicacional sería un gran reto independientemente de que correspondan al “bocinaje morado”, sean asalariados o pertenezcan a la estructura de prensa y difusión del gobierno y la Cámara de Diputados, primero porque lo ético, lo moral y el compañerismo de clase convoca a ser solidarios con sus semejantes, y de no ser así, cómo detractarían a alguien que estuvo junto a ellos, que lo aplaudían cuando jugaba su rol histórico y a la vez lo favorecía con el caso del excapo Quirino Ernesto Paulino Castillo, apagando los vientos que impedían el continuismo de nuestro amigo “Dani”, sería contradictorio y risible denostar a ese colega y aliado coyuntural.
No les voy a negar que me he disfrutado el proceso por el que estoy pasando con la querella que ha interpuesto contra mí la diputada Yomaira Medina, sin importar que pudiera ser condenado, o descargado como en efecto sé que pasará si me juzgan por lo dicho en nuestro programa Hilando Fino. Se me ha dado un estatus que yo no tenía en mi carrera periodística de más de 16 años, ser demandado por la presidenta de la Cámara de Diputados, institución que representa dentro de la jerarquía constitucional, el primer poder del Estado de este país, lejos de esto constituir un revés para nosotros es un privilegio y confirma el posicionamiento que tenemos como periodista en la República Dominicana.
Muchas personas dicen que este es el pleito del huevo y la piedra, en gran parte tienen la razón, lo que no se sabe hasta el momento es quién es el huevo y quien es la piedra, entre Yomaira Medina y Salvador Holguín, lo que sí es cierto es que ella momentáneamente tiene el poder político y económico, pero tampoco es menos cierto que tengo la verdad conforme al derecho de que no dije eso de lo que se me acusa y quieren endilgarme, además poseo los medios para difundirlo de por vida si fuese necesario en caso de que quieran hacerme un expediente. Por lo pronto sólo nos queda esperar si prima en este conflicto el raciocinio o la soberbia del poder.