Salud

Las mejores vitaminas para retrasar el envejecimiento

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Los cambios en la piel son una de las manifestaciones más evidentes del envejecimiento, manifestada por la aparición de arrugas y flacidez de la piel en el rostro.

Los cambios en la piel son una de las manifestaciones más evidentes del envejecimiento, manifestada por la aparición de arrugas y flacidez de la piel en el rostro. Cada capa de piel contiene tejido conectivo, con fibras de colágeno para soporte y fibras elásticas para flexibilidad y fuerza. Con el paso de los años, este proceso natural de envejecimiento afecta nuestra apariencia y tiene muchas causas.

Los cambios en la piel están relacionados con factores ambientales, genéticos, nutricionales y otros. Sin embargo, el factor más importante es la exposición al sol. La Biblioteca Nacional de Medicina de EE.

UU. señala que esto se puede ver comparando áreas del cuerpo que están expuestas regularmente al sol con áreas que están protegidas del sol. La vitamina C (ácido ascórbico) es un poderoso antioxidante que desempeña un papel clave en el mantenimiento de una piel sana al combatir los radicales libres.

Además, es necesario para la síntesis de colágeno, una proteína importante para la estructura y elasticidad de la piel. La vitamina E es un poderoso antioxidante y comparte con la vitamina C su poder para ayudar a neutralizar los radicales libres, moléculas que dañan las células y contribuyen al envejecimiento. También repara las membranas celulares y puede mejorar los síntomas del eczema.

Aunque nuestro cuerpo produce vitamina E de forma natural, factores externos como la exposición al sol pueden reducir los niveles. La vitamina E se encuentra en aceites vegetales, nueces y maní, semillas de girasol, frutas y verduras como hojas de nabo, col rizada, espinacas, calabaza, pimientos rojos, espárragos, mangos y abogados. La cantidad diaria recomendada (CDR) de vitamina E para hombres y mujeres de 14 años o más es de 15 mg por día (o 22 unidades internacionales, UI), incluidas las mujeres embarazadas.

Las mujeres que amamantan necesitan un poco más, 19 mg (28 UI) por día. La vitamina A proviene de dos fuentes. Un grupo, llamado retinoides, se deriva de animales e incluye el retinol.

El grupo restante, llamado carotenoides, se deriva de plantas e incluye betacaroteno. El cuerpo convierte el betacaroteno en vitamina A. El retinol es un ingrediente esencial que ayuda a la regeneración celular y a la producción de colágeno y elasticidad.

Entre sus propiedades destaca la capacidad de reducir las arrugas, mejorar la luminosidad y difuminar las imperfecciones. La vitamina A se encuentra en muchos alimentos, como las espinacas, los productos lácteos y el hígado. Otras fuentes son los alimentos ricos en betacaroteno, como las verduras de hoja, las zanahorias y la miel.

Su cuerpo convierte el betacaroteno en vitamina A. Otra forma de incorporar retinol es utilizarlo en crema o sérum, que se debe aplicar de forma paulatina y según el consejo de un experto. De la Asociación Colombiana de Dermatología, la Dra.

Vanessa E. Echeverry Morales recomienda comenzar con una concentración baja y elegir la adecuada según tu tipo de piel. Lávate el rostro con un jabón suave y evita el uso de exfoliantes antes de aplicar: Mientras tu piel se acostumbra a la sustancia sin irritación, puedes comenzar 3 veces por semana y aumentar el número de días según tu tolerancia.

Lo mejor es aplicarlo por la noche. Al mismo tiempo, los expertos de Harvard señalan que los retinoides contenidos en las cremas para la piel pueden hacer que la piel sea muy sensible a la luz, por lo que se debe aplicar una crema que contenga vitamina A por la noche y evitar la exposición intensa a la luz solar después de su uso. El cuerpo humano no produce vitamina C por sí solo, por lo que debe obtenerse de fuentes externas.

La principal fuente de consumo de vitamina C son los alimentos, especialmente las frutas y verduras. Según los Institutos Nacionales de Salud (NIH) de EE. UU., las verduras más ricas en vitamina C son: – Verduras como pimientos, repollo, espinacas, tomates, coliflor y brócoli.

Otra forma de aprovechar todas las propiedades de la vitamina C en la piel es utilizar productos cosméticos como cremas y sérums que incorporen como principios activos el ácido ascórbico y sus propiedades antioxidantes. También se puede obtener a través de suplementos, según las indicaciones de tu médico.

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