Quién inicia una relación que va más allá de la amistad y toma medidas feministas es solo una suposición. Lo cierto es que entre Trina Moya de Vásquez y la revista Fémina de Petronila Angélica Gómez Brea, existen importantes evidencias de estímulo hacia la consolidación de las raíces del feminismo dominicano. Con la publicación de La Oración de María, en 1922, se inició un continuo intercambio de apoyo a las actividades políticas, espirituales y caritativas de Doña Trina, que se prolongó hasta 1939, año de la última publicación de la revista Gómez Brea.
Este texto centenario es resultado de un concurso de coronación de la Virgen de la Altagracia, cuyo ganador fue la esposa del presidente Horacio Vázquez. (…) Virgen Gloriosa, madre inmaculada/Ave misteriosa y flor inocente/ A cuya única y sagrada oración,/ El cielo derrama amor, paz y tolerancia:/ ¡Ayuda a tu amado rebaño!/ Da independencia a tu desventurado pueblo. Puedes leer: Una columna periodística que inició la amistad entre feministas peruanas y dominicanas Antes de que el presidente Vásquez llegara al poder, en mayo de 1924, Petronila y Consuelo Montalvo de Frías reflexionaron juntas sobre la mujer que se convirtió en primera dama tras la salida de las tropas estadounidenses; Esta prosa resalta el estatus femenino de una mujer que se dedica a su país y que, se prevé, obtendrá la ciudadanía lo antes posible: ¡Esa es la mujer!
Nuestra Señora de Dominica lar. La majestad de la madre, la encarnación gloriosa, la inocencia infantil y el espíritu espartano, la digna compañera del noble quisqueyano de clara inteligencia y honesto corazón. Quien ama como los pájaros y las flores, ama con la verdad más dulce, más pura y más directa (…).
Es diligente, trabajador, se esfuerza por estudiar y pronto alcanza un título profesional noble; una es ejemplo vivo de caridad cristiana, una es mujer, dominicana y una persona con todo el corazón y los sentimientos. Gracias a estas publicaciones, el escritor mantuvo correspondencia con Fémina, lo que se tradujo en decenas de cartas compartidas con sus lectores, así como encomiables aportes económicos, que le permitieron sustentar las publicaciones desde 1926 hasta 1930, junto con su compatriota Eladio Sánchez. y Jacinto R.
Castro, y los empresarios Pedro Carrión y Jesús Armenteros. Una de las primeras cartas se titula Pasajes dorados de las cartas de la esposa del Presidente de la República Dominicana, en la que Trina de Moya expresó: Crees que admiro el trabajo que cuesta sacrificio y el espíritu de resiliencia, el coraje de lucha y la rara dedicación eficaz. Como premio a tan encomiable labor, me complace saber que usted ha sido nombrado presidente del Comité de la Federación Internacional de Mujeres Ibéricas e Hispanoamericanas, en la República Dominicana, le envío mi más sincero agradecimiento.
Felicidades. Es un título que honra a la mujer dominicana y honra al país. A mediados de 1925, la revista que se transmitía desde San Pedro de Macorís ingresó al ecosistema mediático publicando el Himno a las Madres, así como un año después el decreto que oficializaba su celebración.
En pocas líneas, en 1926, Petronila Angélica Gómez Brea nombró a la primera dama presidenta honoraria de la Federación Internacional de Mujeres Ibéricas e Hispanoamericanas de la República Dominicana. En este orden, las gestiones cívicas que emprendieron abarcaron desde encaminar a Ercilia Pepín hacia un edificio digno para la Escuela de Señoritas, en Santiago; así como conferencias en las que fue necesaria la profesionalización y preparación de las mujeres dominicanas para asegurar sus derechos políticos y civiles, incluido el derecho a la ciudadanía.