Salud

No todas las FRUCTOSA son iguales

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La fructosa es un azúcar que se encuentra naturalmente en las frutas, la miel y algunas verduras como la remolacha, las zanahorias, las cebollas y los pimientos.

La fructosa es un azúcar que se encuentra naturalmente en las frutas, la miel y algunas verduras como la remolacha, las zanahorias, las cebollas y los pimientos. Es una parte habitual de nuestra dieta, pero un consumo excesivo puede tener consecuencias negativas para nuestra salud. La clave está en el TIPO, CALIDAD y CANTIDAD que consumimos de alimentos y productos que contienen fructosa.

Existen varios tipos de fructosa: Se encuentra en frutas frescas que también contienen fibra y otros nutrientes, mejorando así la forma en que el organismo la metaboliza y haciendo que su consumo en cantidades moderadas forme parte de una dieta equilibrada. Con el consumo de alimentos procesados ​​y ultraprocesados, la ingesta de fructosa, especialmente en forma de JMAF, ha aumentado significativamente en las últimas décadas. Este cambio en los hábitos alimentarios se asocia con un aumento de la obesidad, obesidad a pesar de otras enfermedades no transmisibles como resistencia a la insulina, aumento de los niveles de triglicéridos en sangre, hígado graso, alcohol e inflamación general.

Estos factores aumentan el riesgo de desarrollar enfermedades metabólicas y cardiovasculares. Recomendaciones para evitar la fructosa añadida: Reducir el consumo de alimentos procesados ​​y bebidas azucaradas. Aprenda a leer las etiquetas de los alimentos para saber qué contienen y poder tomar decisiones informadas.

En inglés, en la etiqueta de la información nutricional veremos jarabe de maíz alto en fructosa. Elija fuentes de alimentos naturales que contengan fructosa. Se recomienda consumir diariamente de dos a tres frutas de tamaño mediano como las naranjas o el equivalente a frutas más grandes como las piñas.

Prefiera las frutas frescas, en su estado original, a los jugos porque requieren el uso de varias unidades de fruta, lo que aumenta su contenido de fructosa, además muchas veces se filtran y se les agrega azúcar. La moderación y el conocimiento de los alimentos que ingerimos son claves para evitar los efectos negativos de la fructosa. En definitiva, la fructosa es un componente natural de nuestra dieta.

Elegir fuentes naturales de fructosa y limitar el consumo de alimentos procesados ​​y bebidas azucaradas son pasos importantes para mantenerse saludable. Esta columna es una sección educativa de la Sociedad Dominicana de Nutrición Clínica y Metabolismo. Escribe tus preguntas a articulos@sodonuclim.org y puedes encontrarnos en @sodonuclim.

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